Bronquiolitis: los signos a los que debes estar atento ante el virus

VIERNES, 9 de junio 2017.- Con la llegada del frío es recomendable potenciar los cuidados en los bebés, ya que la bronquiolitis es usual en esta época. Se trata de una enfermedad aguda de causa viral que se presenta con frecuencia en el lactante menor de 1 año, que afecta la vía aérea pequeña, es decir, los bronquios finos. Su principal causante en más del 90% de los casos corresponde al virus sincicial respiratorio (VSR). Durante el período epidémico, la bronquiolitis es la principal causa de internación de niños, pese a que sólo ocurre entre el uno y el tres por ciento del total de afectados.

La mayoría de los contagios provienen de un adulto con resfrío. Se transmite de una persona a otra (al estornudar o toser) o a través de superficies (en las cuales el virus permanece vivo por varias horas) luego de tocarse la nariz, los ojos o la boca.

Su primera manifestación es similar a un resfriado “común”, razón por la que en muchas ocasiones es confundida con una gripe.

El diagnóstico de la bronquiolitis es eminentemente clínico. Las radiografías y los análisis se indican únicamente para aclarar posibles complicaciones y para esclarecer casos en los que resulte necesaria una internación.

Cuando la bronquiolitis evoluciona, algunos de los síntomas que se presentan son:

Tos.
Sibilancias (silbidos en el pecho).
Respiración acelerada y dificultosa del bebé.
Congestión nasal.
Malestar.
Fiebre mayor a 38º por más de 24 horas.
Pérdida de apetito.

Los síntomas pueden durar de 7 a 30 días, con mayor intensidad entre el segundo y tercer día desde que comienza la tos. Sin embargo, es necesario aclarar que no cualquier tos que presente el niño significa bronquiolitis, pese a que sea su síntoma más frecuente.

Hasta el momento no puede hablarse de un tratamiento efectivo ni específico para esta enfermedad. Generalmente, suelen utilizarse broncodilatadores, corticoides, nebulizaciones, aspiraciones y fisioterapia respiratoria, pese a que no existe evidencia científica que justifique su aplicación.

La bronquiolitis es una infección viral, razón por la cual los antibióticos no resultarán útiles. No automedicar al niño con descongestivos, jarabes ni expectorantes.

No deben considerarse cuadros de bronquiolitis los episodios diagnosticados como “broncoespasmos recurrentes en consultas aisladas a servicios de emergencias y no realizados al pediatra de cabecera”. A diferencia de la bronquiolitis, estos pacientes con “broncoespasmos recurrentes” sí responden a broncodilatadores y corticoides.

Medidas preventivas: no te dejes sorprender por la bronquiolitis:

Incorporar y mantener el hábito de la higiene de manos con agua y jabón o con alcohol en gel.
Evitar la exposición del bebé en ambientes con aglomeración de personas y poca ventilación o con humo de cigarrillo. Este último incrementa aproximadamente cinco veces el riesgo de contraerla.
Enfatizar la lactancia materna para incrementar las defensas del bebé.
Realizar controles periódicos al pediatra.
Cumplir con el calendario de vacunación. Actualmente, no existen vacunas para esta enfermedad.

La mayoría de los casos presentan un buen pronóstico y mejoran en 15 días, sin secuelas.

La consulta médica precoz resulta fundamental, ya que el aspecto crítico de la enfermedad se presenta cuando la bronquiolitis alcanza un estadio avanzado. Se recomienda que todo niño que presente tos, fiebre y agitación sea evaluado por un profesional médico para descartar esta u otras enfermedades respiratorias.

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