De Vido quedó a un paso de ser echado de la Cámara de Diputados

JUEVES, 20 de julio de 2017.- El exministro kirchnerista Julio de Vido quedó a un paso de ser echado de la Cámara de Diputados. Cambiemos y el massismo acordaron aprobar la semana que viene, en sesión especial, un proyecto de expulsión. Si reúnen los números, el exfuncionario dejará de ser diputado y podrá ser citado y hasta detenido por la Justicia, donde enfrenta decenas de causas de corrupción.

El oficialismo sostiene que con e­se centenar de causas de corrupción, abiertas durante su gestión de 12 años como ministro de Planificación, a De Vido le cabe la exclu­sión establecida en el artículo 66 de la Constitución nacional, que determina que con los dos ter­cios de los votos en sesión se podrá remover a un diputado o un senador de la Nación.

Cambiemos quería emitir dictamen de expulsión ayer mismo, en la reunión de la comisión de Asuntos Constitucionales. Pero en las negociaciones con el massismo, que habían empezado el martes a la noche, debió ceder.

Por eso, el dictamen se postergó para el martes próximo, con el compromiso de aprobarlo en sesión el miércoles. Todo en una semana, a 18 días de las Paso.

La figura de “inhabilidad moral” propuesta inicialmente por Cambiemos cambiará por la de “indignidad”, a sugerencia del diputado democristiano cordobés Juan Brügge, y se citará a De Vi­do a la reunión de la comisión de Asuntos Constitucionales del martes próximo para que pueda ampliar de manera personal el descargo que ayer había mandado por escrito para que, de esta ma­nera, no se violentaran ni su derecho a defensa ni el debido proceso.

De Vido tomó nota de que el objetivo de Cambiemos de echarlo de la Cámara es serio y por eso mandó un descargo. Afirmó que tal trámite es inconstitucional y antirreglamentario, porque no ha sido condenado en ninguna causa por ningún delito. Dijo que sufre una persecución y criticó con dureza al presidente Mauricio Macri, a su gobierno y a la diputada y líder de Cambiemos Elisa Carrió.

“¿Por qué yo soy enemiga de De Vi­do? Porque no le debo ningún vuel­to, ni me senté en ninguna ce­na, ni le pedí subsidios, ni negocié ni contraté a empresas con sobreprecios”, dijo Carrió, tras la lectura del descargo del exsuperministro, y sostuvo que la Cámara Baja puede expulsarlo sin que haya condena porque se trata de “una facultad disciplinaria que es soberana”.

“No estamos tratando causas ju­diciales, sino un escándalo moral”, aseveró la líder de la Coalición Cívica, quien recordó que De Vido está denunciado en “cincuenta causas y enfrenta la elevación a juicio de la Tragedia de Once” por la cual murieron 51 personas, en febrero de 2012, cuando era el responsable del área.

El presidente del interbloque Cambiemos, el radical cordobés Mario Negri, señaló que “la honorabilidad es patrimonio” de la Cámara de Diputados, lo que “no significa que todos los integrantes lo sean” y a eso “hay que demostrarlo”.

La kirchnerista Diana Conti fue la principal defensora del exministro de Planificación: dijo que lo pusieron en un “camino anunciado al matadero, con actuaciones de nulidad absoluta”, y que sufre un “escarnio mediático y político, y cada tanto judicial”.

Números

Para echar a De Vido, Cambiemos tiene que conseguir los dos tercios de los votos de los presentes en la sesión especial del miércoles próximo. Si estuvieran los 257 diputados, el oficialismo, el interbloque federal Unidos por una Nueva Argentina (UNA), que lidera Sergio Massa, y el Bloque Justicialista juntan 140 votos. Deberían reunir 172.

Los que rechazarán la expulsión de De Vido son los 73 del Frente para la Victoria-PJ (incluido Carlos Heller) y los cinco del Peronismo para la Victoria.

En cambio, quienes podrían acompañar al oficialismo son los ocho del interbloque Progresistas y el puntano Claudio Poggi.

Los que todavía no han expresado sus posiciones son 30 diputados: los seis del Frente Cívico por Santiago (responden a Gerardo Zamora); los cuatro del interbloque Juntos por Argentina (de Darío Giustozzi); los cuatro trotskistas; los tres de Compromiso Federal (responden a los Rodríguez Saá); los tres del Frente para la Concordia Misionero; los dos radicales tucumanos, Teresita Villavicencio y Juan Casañas; los dos schiarettistas Andrés Guzmán y Ramón Bernabey, y los monobloques que integran Alcira Argumedo, Omar Plaini, Alfredo Olmedo, Héctor Daer, Graciela Caselles y Sandro Guzmán.

De cualquier manera, son necesarios los dos tercios de los presentes: las ausencias (gripes, viajes…) podrían hacer más ruido que silencio.

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