Detuvieron a Darío Badaracco, el acusado de asesinar a Araceli

SÁBADO, 29 de abril 2017.- Detuvieron anoche a Darío Badaracco, quien estaba prófugo y es el principal sospechoso del crimen de Araceli Fulles. Dueño de la casa donde fue encontrado el cuerpo de la joven. Badaracco fue reconocido por una vecina en las inmediaciones de la villa porteña 1-11-14 alrededor de las 22 horas de este viernes, cerca del puesto de Gendarmería de Cobo y Curapaligüe, en Flores.

Personal de Gendarmería fue advertido de la situación y procedió a detenerlo. Quedó alojado en la comisaría 38 y luego fue trasladado a la alcaldía de los tribunales de San Martín, donde hoy sería indagado por el juez de la causa.

Nancy González, la vecina que lo identificó, explicó que cuando la policía detuvo a Badaracco «lo puso contra la pared y él no hizo nada ni dijo nada y se quedó quieto, duro».

Graciela López Pereyra, fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de San Martín, había ordenado la detención de Badaracco y hasta ahora no había podido dar con él. La Policía sabía que era el último hombre que había visto con vida a Fulles.

Habían sido detenidos con anterioridad Jonathan y Emanuel Avalos, hermanos de 29 y 25 años; Marcos Ibarra, de 32, y Carlos Damián Alberto Cassalz, de 35 -dueño del corralón donde trabajaba Badaracco-, quienes están siendo investigados por homicidio agravado.

La vecina que identificó a Badaracco, Nancy, contó los detalles del momento en que identificó al presunto asesino de Araceli Fulles.

«Estaba merodeando la zona y yo le dije a una de las vecinas: «¿No es el que mató a Araceli?»», dijo la mujer, quien está embarazada de cuatro meses.

Luego contó que fueron a informarle a la Gendarmería que creían que era Badaracco y que no les quisieron tomar los datos. Por eso, ella y grupo de mujeres siguieron al hombre y la segunda vez que lo encontraron llamaron de nuevo a la Gendarmería y, esta vez, la fuerza de seguridad sí actuó.

«Estaba en una actitud sospechosa, como buscando otra chica. Estaba como drogado, todo duro. Tenía en la mano una bolsa con ropa interior de mujer», concluyó Nancy.

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