El Papa pidió perdón por los abusos a niños cometidos por curas chilenos

MARTES, 16 de enero 2018.- El papa Francisco dijo que era «justo pedir perdón» y que sentía «dolor y vergüenza» ante el «daño irreparable» causado a los niños víctimas de abusos sexuales por parte del clero chileno, en el discurso a las autoridades en el primer acto de su visita a este país.

«Y aquí no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia», señaló desde el palacio de La Moneda.

Las palabras del papa provocaron un aplauso por las cerca 700 personas reunidas en el patio de Los Naranjos. «Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir», dijo Francisco aunque no citó la palabra abusos.

La llegada de Francisco reavivó el escándalo de los curas pederastas y la organización Bishop Accountability publicó esta semana un listado con 80 sacerdotes, clérigos y una monja acusados de abusos sexuales a menores de edad en el país trasandino.
Al pedir perdón por los abusos a niños cometidos por curas chilenos, Francisco también pidió apoyar «con todas las fuerzas» a las víctimas y reclamó: «Que no se vuelva a repetir».

Además, los laicos de la diócesis de Osorno, en el sur de Chile, piden desde hace meses la destitución del obispo chileno Juan Barros, nombrado por el papa argentino, por sus vinculaciones con el encubrimiento de abusos sexuales del sacerdote Fernando Karadima.

Karadima fue considerado en febrero de 2011 por el Vaticano culpable de cometer abusos sexuales y condenado a una vida de oración y penitencia.

Gesto a los pueblos originarios
El papa Francisco instó a los gobernantes chilenos a que escuchen a los pueblos originarios y atiendan sus derechos.
Los pueblos originarios, lamentó, «frecuentemente olvidados y cuyos derechos necesitan ser atendidos y su cultura cuidada, para que no se pierda la identidad y riqueza de esta nación».

Francisco entró de lleno en el problema del cuidado medioambiental y de la explotación de los recursos naturales cuando citó su encíclica «Laudato Si» y pidió no conformarse «con ofrecer respuestas puntuales a los graves problemas ecológicos y ambientales», y ofrecer «un pensamiento, una política, un programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad que conformen una resistencia contra del paradigma tecnocrático «.

Ante ello, destacó que «la sabiduría de los pueblos originarios puede ser el gran aporte» y que «de ellos podemos aprender que no hay verdadero desarrollo en un pueblo que da la espalda a la tierra».

Esta mañana ofició una misa «por la paz y la justicia» en el Parque O’Higgins, un amplio recinto ubicado en el suroeste de Santiago, donde hubo una masiva concurrencia de fieles, mientras por la tarde visitó un centro penitenciario femenino, tras lo cual se traslado hasta la Catedral para una reunión con miembros del clero local.

El día de Francisco concluirá con una visita privada al santuario de San Alberto Hurtado, un sacerdote jesuita fallecido en 1952 y conocido por su entrega a los más pobres. El religioso fue beatificado en 1994 por Juan Pablo II.

Además de actividades en Santiago, el papa argentino, de 81 años, viajará el miércoles a la ciudad de Temuco, en la región de la Araucanía, en el sur del país, y el jueves a la ciudad portuaria de Iquique, en el extremo norte, última escala de su visita a Chile antes de dirigirse a Perú en el marco de su sexto viaje a América Latina.

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