VIERNES, 29 de diciembre de 2017.– La reforma tributaria que obtuvo sanción el Senado de la Nación, con el voto afirmativo de los tres senadores por Tierra del Fuego Ojeda, Catalán Magni y Boyadjian, le brindó beneficios a la industria tabacalera con la reducción de un 5% la carga impositiva. Esto significa un ahorro de $5.000 millones para las firmas encargadas de la producción de cigarrillos.
Semejante decisión del Ejecutivo, que contó con el lobby necesario de las compañías que controlan el 97% del mercado, generó críticas de parte de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) que aseguró que “esta rebaja implicaría un retroceso en la protección de la salud” y manifestó que “las medidas fiscales que persiguen objetivos sanitarios deberían estar libres de la interferencia de las industrias involucradas para evitar torcer el rumbo de la política”.
A su vez, no se llega a comprender el criterio adoptado por parte del ministerio de Hacienda, que subió tributos a productos cuyo consumo excesivo puede originar perjuicios para la salud (como las bebidas alcohólicas o con azúcar agregado) y bajó impuestos al cigarillo, un elemento nocivo, comprobado científicamente, para la salud. De hecho, la Organización Mundial de la Salud indicó que el tabaquismo provoca la muerte de 7 millones de personas al año y genera gastos por 1,4 billones de dólares.
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