Victima de abuso pidió la renuncia de Monseñor Miguel Angel D´Annibale

MARTES, 16 de enero 2018.- El joven quién radicó una denuncia por abuso sexual contra un sacerdote de la diócesis de Río Gallegos en el mes de noviembre de 2016, difundió una carta abierta en las últimas horas a la comunidad, donde pidió la renuncia del Obispo Miguel Angel D´Annibale; pedido en la cuál el joven mayor de edad en la actualidad, se vio movido por las expresiones que tuvo el Papa Francisco en Chile acerca de los hechos de abusos que se registraron por parte del clero.

El joven, en la cuál su identidad fue reservada por cuestiones de proceso de investigación de la justicia, expresó que se ha «sentido abandonado, sólo, desolado, triste, y con un dolor profundo», haciendo referencia al acompañamiento que debería dar la iglesia como institución clerical.

«He tenido que buscar solo la ayuda profesional y espiritual, ya que desde el principio que he comenzado éste calvario», agregó el joven, «nunca he recibido ayuda por parte de mi diócesis de Río Gallegos, que comprende la provincia de Santa Cruz y Tierra del Fuego».

En éste sentido, el joven quién reside en la capital fueguina pidió «abiertamente la renuncia como obispo y responsable de la Diócesis de Río Gallegos, al señor Miguel Angel D´Annibale; ya que por lo acontecido, creo y veo que no es apto para llevar adelante una diócesis, y lo más importante, acompañar a las víctimas, ya que por medios radiales salió a mentir que a las victimas les brinda acompañamiento, algo que no es verdad», salió a desmentir el joven, dejando en evidencia que el prelado D´Annibale realiza declaraciones falsas a la comunidad.

«Eso duele aún más, que después de todo lo sucedido, sigan dañando psicológicamente y moralmente a una persona», manifestó el joven contra la diócesis, quién éste martes salió a expresar su dolor tras escuchar las declaraciones del Santo Padre en Chile.

Por último, el denunciante manifestó que su «deseo es tener una iglesia limpia, sana y fuera de lobos vestidos de cordero», a su vez, alentó a «todos aquellos hermanos y hermanas que han padecido algún tipo de abuso, a no tener miedo de hablar, porque una vez que la luz comienza a entrar en esa parte oscura que tenemos en nuestro corazón, nuestra vida comenzará a cambiar», manifestó.

El muchacho tenía 23 años cuando declaró en la sede de la comisaría de «Minoridad y Familia» de Ushuaia donde contó que un sacerdote intentó abusarlo sexualmente cuando tenía 15 años en el 2008 en la ciudad de Resistencia, Chaco. El religioso habría intentado penetrarlo en la zona anal, aparte de tocamientos por encima de las prendas de vestir al por entonces menor.

El siguiente texto, es la carta abierta del joven:

Ushuaia; Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur; Argentina

Martes 16 de enero de 2018

CARTA ABIERTA:

«Por la visita de nuestro querido Papa Francisco al hermano país de Chile; y luego de haber escuchado durante todo el día en los medios de comunicación la polémica sobre los casos de abusos sexuales que hubo por parte del clérigo chileno con menores; me he sentido fuerte en escribir por primera vez ésta carta abierta, tratando de poner en palabras, mi gran dolor y sufrimiento que continuo viviendo en mi vida, y a su vez, mi lucha de ser parte por una iglesia limpia, sin sacerdotes que se camuflan para realizar sus aberraciones; ni obispos que protejan y encubran a sacerdotes que realizan sus depravaciones».

«Escribo estas líneas, como punto de inflexión en mi proceso personal de sanación, tratando de vivir con valentía y fuerza. Después de un profundo discernimiento y de escuchar a mi corazón, entendido como aquel lugar en que habita Dios, doy este paso. Y espero que sirva no sólo a mi propio camino, sino al de todos quienes han sufrido y siguen sufriendo. Hay días en que todo se vuelve oscuro y la esperanza se hace escurridiza, en que los recuerdos producen un sufrimiento desgarrador y que parece no acabar. Hay días en que es difícil encontrar la fuerza para seguir viviendo. La reparación de la propia historia e imagen es una ardua tarea que lo vengo realizando con mucho esfuerzo. Tomar conciencia de lo que padecí es algo que aún me sigue destrozando por dentro, pero a su vez, va disipándose con la ayuda de Dios. No quiero que mi abusador siga presente en todo lo que hago y soy. No quiero que siga ganando».

«Es por eso que: Agradezco que el Pastor Papa Francisco, expresé y hable uno de los temas que más preocupa a nosotros, los feligreses, sobre los abusos. Entiendo que es difícil, para nosotros, las víctimas, aceptar un tan solo “PERDÓN”, cuando en hechos y acciones, uno ve todo lo contrario. Por eso, en éste sentido, después de haber escuchado atentamente las palabras del Santo Padre; tengo que decir que mi iglesia, ¡perdón! Mejor dicho, la autoridad de mi iglesia de la diócesis de Ríos Gallegos, teniendo como responsable actual al Obispo Miguel Angel D´Annibale; me he sentido abandonado, sólo, desolado, triste, y con un dolor profundo, que ha permitido que a veces entre odio en mi corazón. Donde he tenido que buscar solo, la ayuda profesional y espiritual, ya que desde el principio que he comenzado éste calvario desde la radicación de mi denuncia, nunca he recibido ayuda por parte de mi diócesis de Ríos Gallegos, que comprende la provincia de Santa Cruz y Tierra del Fuego».

«Como feligrés y víctima de abuso, pido abiertamente la renuncia como obispo y responsable de la Diócesis de Ríos Gallegos, al señor Miguel Angel D´annibale; ya que por lo acontecido, creo y veo que no es apto para llevar adelante una diócesis, y lo más importante, acompañar a las víctimas, ya que por medios radiales salió a mentir que a las victimas les brinda acompañamiento, algo que no es verdad. Y eso duele aún más, que después de todo los sucedido, sigan dañando psicológicamente y moralmente a una persona que por años lleva una cruz pesada».

«Mi deseo es tener una iglesia limpia, sana y fuera de lobos vestidos de cordero. Por último, animo a todos aquellos hermanos y hermanas que han padecido algún tipo de abuso, a no tener miedo de hablar, porque una vez que la luz comienza a entrar en esa parte oscura que tenemos en nuestro corazón, nuestra vida comenzará a cambiar. Me despido pidiendo a todos, a rezar por todas las víctimas, pero en especial, por nuestros sacerdotes, para que sean fuerte y fiel al llamado que nuestro Señor Jesucristo nos hace a cada uno de nosotros».

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