VIERNES, 15 de agosto de 2025.- En un país con una amplia tradición en la producción y consumo de alimentos frescos y elaborados, la vigilancia sanitaria cumple un rol clave para proteger la salud pública. Cada vez que el Ministerio de Salud de la Nación detecta un brote de origen alimentario, se activa una red de investigación e intervención que busca identificar rápidamente la causa, frenar la propagación y alertar a la población.
Estos brotes no solo permiten contener enfermedades potencialmente graves, sino que también revelan fallas en los procesos de producción, distribución o conservación de los alimentos. Por eso, mantenerse informado y adoptar medidas de prevención básicas, como la higiene adecuada o la correcta cocción de los alimentos, es fundamental para reducir el riesgo de contagio.
Uno de los ejemplos más recientes es el brote de listeriosis detectado en distintas provincias del país, que fue vinculado directamente con el consumo de un queso criollo contaminado, según confirmó el Ministerio de Salud en un informe oficial.
Se trata de la primera vez en Argentina que se logra establecer una relación directa entre un alimento contaminado y casos humanos de listeriosis, un avance relevante en la vigilancia epidemiológica local.
Una investigación oficial determinó que el consumo de un queso —cuya marca aún no fue difundida— fue el desencadenante de varias infecciones causadas por la bacteria Listeria monocytogenes. Esta bacteria, presente en el suelo y en el agua, puede provocar una enfermedad alimentaria grave y de alta letalidad.
“Si bien se trata de una enfermedad rara, es una de las infecciones alimentarias más agresivas, ya que presenta una alta tasa de mortalidad que la convierte en un importante problema de salud pública”, advirtió el informe del Ministerio de Salud de la Nación.
Según indicaron desde la cartera sanitaria dirigida por Mario Lugones, los casos comenzaron a detectarse entre fines de 2024 y lo que va de 2025, distribuidos en tres jurisdicciones: Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires y Tucumán.
LA INVESTIGACIÓN Y LOS HALLAZGOS
Las autoridades de Tucumán iniciaron una investigación sanitaria luego de que los primeros pacientes fueran diagnosticados. Tras entrevistas sobre el consumo de alimentos y la compra de productos listos para ingerir, se tomaron 26 muestras de alimentos. En cinco de ellas se encontró Listeria monocytogenes.
Una de esas muestras correspondía a un queso criollo de producción industrial de baja escala, y los análisis genómicos demostraron una alta relación con los casos humanos reportados.
“Pudo establecerse una alta relación genómica con los casos humanos detectados previamente, identificando a la planta productora del queso como fuente de la contaminación”, detalló el informe del Ministerio.
Además, el brote expuso falencias estructurales en los controles de calidad:
“El episodio evidenció la necesidad de fortalecer las recomendaciones a los productores locales en las buenas prácticas de manufactura, de inspecciones regulares a los lugares de producción y distribución para cumplir las normas sanitarias”, advirtieron las autoridades.
QUÉ ES LA LISTERIOSIS Y CÓMO SE TRANSMITE
La listeriosis es una enfermedad causada por la bacteria Listeria monocytogenes. Aunque poco común, puede ser grave, especialmente en personas mayores, embarazadas, recién nacidos o personas con sistemas inmunológicos debilitados.
Los síntomas varían según la persona y pueden incluir:
Fiebre, escalofríos
Náuseas, vómitos, diarrea
Fatiga, dolor de cabeza, dolor estomacal
En casos severos: meningitis, septicemia y abortos espontáneos
El período de incubación puede ir de 12 horas hasta 2 meses, lo que dificulta la trazabilidad.
Cabe resaltar que la bacteria puede habitar en animales sin que presenten síntomas. Por eso, productos derivados pueden estar contaminados. Entre los alimentos con mayor riesgo, se encuentran:
Fiambres y embutidos
Lácteos elaborados con leche no pasteurizada
Vegetales crudos
Pescados crudos o ahumados
CUÁLES SON LAS RECOMENDACIONES PARA PREVENIR ESTA ENFERMEDAD
Higiene:
Lavarse las manos con agua y jabón por al menos 20 segundos.
Limpiar utensilios, superficies y vegetales antes de cocinar o consumir.
Conservación:
Mantener refrigerados los alimentos listos para consumir.
Evitar la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocidos.
Cocinar completamente los productos cárnicos, incluso los embutidos.
Recalentar los alimentos cocidos a temperaturas de cocción adecuadas.
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