VIERNES 30 de mayo de 2025.- Cinco años después del inicio de la pandemia de Covid-19, la comunidad internacional sigue enfrentando desafíos significativos para controlar la enfermedad. La experiencia acumulada sirvió para mejorar los sistemas de vigilancia y respuesta, pero la aparición constante de nuevas variantes mantiene en alerta a las autoridades sanitarias y a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este contexto subraya la importancia de la cooperación global y de una estrategia coordinada para minimizar el impacto en la salud pública.
La OMS advierte que, aunque las vacunas y los tratamientos han avanzado considerablemente, el virus sigue evolucionando, lo que podría afectar la gravedad de los casos y la eficacia de las medidas preventivas. La preocupación radica no solo en el aumento de contagios, sino también en la posibilidad de que surjan variantes con mayor capacidad de propagación o que puedan evadir la inmunidad. Por eso, la vigilancia continua y la actualización de las políticas sanitarias son esenciales para proteger a la población y evitar una nueva crisis sanitaria.
En este contexto desde la OMS manifestaron alerta y preocupación, revelando que en las últimas semanas aumentó el número de infecciones, lo que llevó a reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica. Este repunte se produce en un contexto donde la circulación de otras variantes disminuyó, pero la evolución del virus sigue siendo monitoreada con atención.
En algunos países, los controles en puntos de ingreso detectaron la presencia de esta nueva cepa en viajeros, lo que resalta la importancia de mantener protocolos de prevención y seguimiento. Hasta ahora, no hay evidencias que indiquen un aumento en la gravedad de la enfermedad causada por esta variante ni una disminución en la efectividad de las vacunas existentes.
Sin embargo, el escenario actual coincide con cambios recientes en las recomendaciones de vacunación en ciertos países, lo que ha generado debate entre expertos en salud pública. Algunos especialistas advierten que modificar las políticas en medio de la aparición de nuevas variantes puede aumentar los riesgos para la población.
La OMS continúa evaluando la situación con rigurosidad para identificar cualquier cambio en la propagación o impacto del virus. La cooperación internacional y la vigilancia constante son esenciales para anticipar y responder a posibles desafíos que surjan con la evolución de la pandemia.
El Gobierno de Argentina, bajo la administración de Javier Milei, ratificó este pasado lunes 26 de mayo de 2025 la decisión de retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el marco de la visita oficial a Buenos Aires del secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr.
El encuentro entre Kennedy Jr. y el ministro de Salud argentino, Mario Lugones, se desarrolló en la sede del ministerio y sirvió para definir una agenda común de colaboración sanitaria entre ambos países, con énfasis en profundizar el trabajo conjunto en salud global.
La decisión de retirarse de la OMS se enmarca en una postura crítica hacia organismos supranacionales, a los que el Gobierno acusa de imponer agendas políticas por encima de la soberanía nacional. Según el comunicado oficial, «si están financiados por todos, deben rendir cuentas y no convertirse en plataformas de imposición política» sobre los Estados miembros.
Esta medida sigue la línea de la decisión similar tomada por Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump, y ahora cuenta con el apoyo explícito del secretario de Salud estadounidense Robert F. Kennedy Jr., quien expresó su interés en fortalecer la cooperación bilateral en salud.
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