«Hasta que no te toca, no te duele»: por qué donar sangre, plaquetas y médula puede salvar una vida

LUNES, 25 de agosto 2025.- Hace apenas dos meses, una vecina de Río Grande, perdió a su esposo después de una larga lucha contra la leucemia mieloide aguda, una enfermedad dura, silenciosa y devastadora que obligó a la familia a dejar su vida en Tierra del Fuego para trasladarse a Buenos Aires en busca de tratamiento.

En diálogo con El Fueguino, Estefanía G. expresó: “Nuestra vida cambió de un día para el otro cuando nos dijeron que debíamos dejar todo en Tierra del Fuego y trasladarnos a Buenos Aires para que mi marido pudiera recibir tratamiento contra la leucemia. El desarraigo es una herida invisible que acompaña a quienes deben ser derivados lejos de su hogar. No se trata solo de enfrentar la enfermedad, sino también de abandonar la casa, el trabajo, la escuela de los hijos y los afectos. De repente, la rutina se transforma en esperas interminables, estudios agotadores y noches enteras en hospitales. Esa angustia del desarraigo es una carga silenciosa que golpea a cada familia fueguina que debe atravesar este camino”.

En medio de esa batalla, Estefanía descubrió la importancia vital de la donación de sangre, plaquetas y médula ósea. «Cada transfusión significaba un respiro; cada donante anónimo, un héroe silencioso que sostenía la esperanza de seguir un día más, de esperar un resultado más, de soñar con un trasplante que pudiera cambiarlo todo«, detalló.

“Donar es dar vida. Mientras un paciente espera, la solidaridad puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, expresó Estefanía, quien hoy, desde el dolor, busca transformar su experiencia en un mensaje de conciencia colectiva.

«La leucemia y otros tipos de cáncer de la sangre hacen que los pacientes pierdan la capacidad de producir plaquetas durante la quimioterapia. En esos casos, las donaciones son la única posibilidad de seguir adelante. En otros, la donación de médula ósea puede ser la cura definitiva».

En una provincia pequeña como Tierra del Fuego, cada gesto cuenta. Cuando una familia es golpeada por una enfermedad así, lo sentimos todos. Y por eso Estefanía insiste en que la distancia que separa a la isla del continente puede convertirse en un puente de solidaridad si más fueguinos se animan a donar.

“Siempre digo una frase que me acompaña desde que empezó este camino: ‘Hasta que no te toca, no te duele’. Y es real. Solo cuando la vida te pone en ese lugar entendés la urgencia, la angustia y la importancia de cada donación”, señaló.

El compromiso y la fuerza de Estefanía no pasaron desapercibidos: recientemente fue convocada por la concejal Florencia Vargas para trabajar en conjunto en proyectos de concientización sobre la donación de sangre, plaquetas y médula ósea.

“Estoy muy agradecida con la concejal por comprometerse a trabajar en proyectos de concientización. Que una representante de nuestra ciudad se interese en esta causa es muy valioso, porque necesitamos que el mensaje llegue a más personas y que cada vez más fueguinos se animen a donar”, destacó.

Su historia es un recordatorio doloroso, pero también luminoso: donar es un acto sencillo que para alguien que lucha significa todo. La solidaridad de uno puede ser la esperanza de muchos.

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