VIERNES 16 de mayo de 2025.- Un reciente informe del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad de la Universidad Austral advierte sobre los profundos cambios que atraviesan las familias argentinas.
La caída de la natalidad, el aumento de hogares unipersonales y el envejecimiento de la población son tendencias que redefinen la estructura social y plantean nuevos desafíos para las políticas públicas.
Según el estudio, la tasa de natalidad en Argentina cayó más del 40% en la última década, pasando de 700.000 nacimientos anuales a menos de 450.000. Este fenómeno, asociado a factores económicos y sociales, impacta directamente en la composición de los hogares: hoy uno de cada cuatro es unipersonal. “El tamaño promedio de los hogares bajó de 3,6 miembros en 1991 a 2,9 en 2022”, detalla el informe.
Las bajas en la natalidad se reflejan en las estructuras de hogares con menores de 18 años. En la actualidad, en el 57% de los hogares no hay chicos menores de 18 años. En 1991, ese mismo indicador había sido del 44%.
El índice de envejecimiento -que mide la cantidad de personas mayores de 65 años por cada 100 menores de 14- pasó de 24 en 1970 a 60,55 en 2025. Además, el porcentaje de adultos mayores viviendo en hogares aumentó 10 puntos porcentuales en 30 años. Este cambio demográfico presiona sobre los sistemas de salud y de cuidado, en un contexto donde las tareas de cuidado siguen recayendo mayoritariamente en mujeres.
El informe también destaca una transformación en las jefaturas de hogar. En 1991, solo el 22% de los hogares tenían jefatura femenina, cifra que ascendió al 49% en 2022. Este cambio está vinculado al aumento de hogares monoparentales, especialmente en zonas urbanas, donde 8 de cada 10 hogares monoparentales están a cargo de mujeres.
En paralelo, la pobreza estructural muestra una lenta pero constante reducción. Los hogares con necesidades básicas insatisfechas pasaron del 16,4% en 1991 al 6,7% en 2022. Sin embargo, la pobreza por ingresos sigue afectando con fuerza a los sectores más vulnerables: en 2024, el 38% de la población urbana vive bajo la línea de pobreza, con una preocupante infantilización del fenómeno, ya que los niños de 0 a 14 años concentran las tasas más altas.
Desde el Observatorio advierten que estos cambios demandan políticas integrales de cuidado y desarrollo social. “La sostenibilidad de la vida debe estar en el centro de la agenda. Es necesario fortalecer la inclusión laboral, reducir la informalidad y garantizar sistemas de protección social que respondan a esta nueva realidad”, concluyen las autoras.
Comentario de Facebook