MIÉRCOLES, 18 de enero 2017.-El intendente Municipal Gustavo Melella salió a cruzar a Ezequiel Murray, quien cuestionó la falta de control por parte de la Municipalidad con respecto a una persona con antecedentes alojada en un albergue municipal.
El alcalde salió al cruce señalando “La verdad me parece desubicado y a destiempo. Este fue un hecho que pasó hace diez días y él salió a hablar recién. No sé si no tiene nada para hablar o no quiere decir nada sobre la verdadera inseguridad que se da. Cada día tenemos más robos en nuestra ciudad”.
Melella se despacho sobre los asistidos en albergues municipales: “eso es lo que nos pide la Justicia, que cobijemos a todos los que están en situación de calle y no estamos atrás de todos los asistidos pidiéndoles certificado de antecedentes”. y remató «tiene que ocuparse más de la inseguridad el secretario y tendría que decirles a los vecinos de Río Grande y Tierra del Fuego cuál es su plan de seguridad».
El Secretario de Seguridad Ezequiel Murray, con anterioridad se había referido a un delincuente que se alojaba en el Albergue Municipal diciendo “Es muy grave y nos llama mucho la atención. Espero que el intendente, que siempre está hablando de la inseguridad, tome cartas en el asunto, así como también los concejales” y agregó “Nos pone en alerta, porque es muy preocupante que una persona que tiene antecedentes esté alojada en un albergue municipal”.
La realidad indica que tanto el Secretario de Seguridad Murray como el Intendente Municipal Gustavo Melella son un desastre en materia de política de prevención del delito, y en el caso de la gobernación se profundiza aún más, por la falta de política criminal y el aumento de zonas liberadas.
A esta situación tampoco ayuda la inutilidad del servicio de justicia provincial, que se ha constituido como una corporación a la cual lo único que le preocupa es mantener sus suculentos sueldos y seguir acomodando amigos y parientes.
La ciudad, la vida y la libertad de los ciudadanos en manos de dos personajes a los cuales parece preocuparle poco la seguridad pública, nos arrima cada vez más a un precipicio donde el único resultado posible es el aumento de la criminalidad y una fila interminable de victimas a las cuales nadie defiende.
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