MIÉRCOLES, 21 de mayo 2025.- Esteban Sepúlveda, secretario general del gremio de Químicos y Petroquímicos de Tierra del Fuego, reveló que su sector ya sufre las consecuencias de la reducción de aranceles a la importación. Las medidas, que buscan bajar precios, estarían afectando la competitividad de las empresas locales y precarizando el empleo en la isla.
Mientras el foco mediático se posa en la industria electrónica de Tierra del Fuego, Esteban Sepúlveda, secretario General del Sindicato Único del Personal de la Industria Química y Petroquímica de la Provincia de Tierra del Fuego (SUPIQyPPTDF), lanzó una contundente advertencia al señalar que la quita de aranceles a la importación ya está afectando a su sector desde el año pasado.
En una conferencia de prensa brindada en el Satsaid de la ciudad de Río Grande, en el marco de la movilización gremial contra las políticas nacionales, Sepúlveda señaló que fueron «de los primeros que han tocado en cuanto a aranceles se refiere».
El dirigente gremial explicó que la reducción de aranceles a productos como la tracina y el glifosato ha complicado la competitividad de las empresas radicadas en la isla. «El campo ahora está optando por comprar más barato y también con menor calidad. Pero bueno, son las reglas del juego que planteó este gobierno», afirmó Sepúlveda.
La principal afectada, según el secretario general, es Tecnomil, la empresa «emblema» de la petroquímica en el sur, que se ha visto «muy perjudicada». Esta situación ha redundado en una precarización de las fuentes laborales y una drástica reducción de la producción. «Nosotros este año, por ejemplo, estuvimos con un trimestre de inicio muy bajo en cuanto a producción y con muy bajo recurso humano, mucha gente que no pudo ingresar porque no se vendía, así que nos afectó de gran manera todo esto», detalló.
Sepúlveda alertó que, aunque la industria química en la isla es más pequeña y el impacto no fue «muy notorio» al principio, este accionar del gobierno es «sistemático» y busca un «vaciamiento de lo que son las industrias acá en la isla». En Tecnomil, trabajan unas 250 personas, y todas se ven afectadas por la falta de crecimiento y la imposibilidad de incrementar el personal.
El gremialista manifestó su temor a que continúen las quitas de aranceles a la petroquímica, pero dejó en claro que no se resignarán. «No estamos muy seguros, pero tampoco queremos dejar al libre albedrío para que el gobierno haga lo que quiera y cuando se le ocurra vengan y toquen otro arancel», sentenció. «Hay que mostrarles que estamos firmes y que estamos dispuestos a luchar».
Sepúlveda hizo un llamado a la unidad de todas las fuerzas en la provincia para que el reclamo «se escuche en el norte» y se entienda que en Tierra del Fuego «no solamente se ensambla, sino que se produce y no es solamente una industria de teléfonos. Hay mucho por hacer».
La preocupación principal es que la reducción de aranceles ya está generando una reducción laboral y que, si no se resiste, el gobierno seguirá avanzando en medidas que, a su juicio, buscan «despoblar industrialmente a la isla y darle favores políticos a otros gobiernos que no son nuestros, son de afuera».
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