Rosana Bertone entregándole el diploma de 7mo. Dan a Ricardo Costilla en un acto en Casa de Gobierno

MIÉRCOLES, 27 de octubre de 2021.- La carta documento enviada por el Maestro 7mo. Dan de Judo Ricardo Costilla llegó luego que El Fueguino publicara la información sobre los hechos escandalosos  protagonizado por el maestro Alberto Alonso en la vía pública, a través de dos notas tituladas  «Maestro de judo a las trompadas en pleno centro de Río Grande» y «A juicio oral y público 6to Dan de judo que golpeó a padre que reclamaba por sus hijos discriminados».

La crónica periodística informaba de que Alberto Alonso quien es  Tesorero de la Federación de Judo de Tierra del Fuego en un acto cobarde y rastrero atacó a golpes a un papá que reclamaba por la discriminación y maltrato a los cuales fueron sometidos por Costilla, Daniel Szarapo y Alberto Alonso prohibiéndoles participar de una campeonato nacional.

Costilla, quien en su momento fue suspendido por la Inspección General de Justicia por falta reiterada de rendición de balances de la extinta federación provincial de judo que fue dada de baja por irregularidades administrativas, tres años después volvió a la carga y encaramado sobre el apoyo político de Rosana Bertone y Diego Lassalle, mandó a constituir dos asociaciones de judo fantasmas -sellos de goma- que no practican judo, que no tienen lugar físico donde practicar judo ni atletas, junto al club QRU que tampoco practica judo, para armar una federación a su medida y  ponerle el pie en el cuello a profesores y alumnos que sino se alinean quedan afuera de la competencia nacional.

En tiempos en que Diego Lassalle conducía la Agencia Municipal de Deportes,  muchos papás de niños que concurrían a la escuela municipal de judo se quejaron y denunciaron que Daniel Szarapo pasaba la gorra enviándole mensajes a los chicos que sino pagaban la cuota social no podrían participar de torneos y campeonatos, a pesar que los judokas federados pagan un arancel anual a la Confederación Argentina de Judo, situación totalmente irregular ya que se trataba de un espacio municipal donde por ningún motivo se le debía cobrar a los alumnos.

Lo que no dice Costilla en su carta documento es que en el momento que se produjo el cobarde ataque de Alonso al papá de los alumnos de judo discriminados, se encontraba funcionando un cámara de vídeo de un comercio local que pudo captar y registrar los hechos violentos y cobardes protagonizados por su socio Alonso en el momento que repartía trompadas en plena vía publica en San Martín y Piedrabuena. La prueba fue obtenida por Policía científica y remitida al Juzgado de instrucción Nro. 1 del Distrito Judicial Norte, donde la causa fue caratulada «Alonso, Ángel Alberto s/Lesiones» Expediente 34.123, y es instruida por el Juez Daniel Cesari Hernández.

Costilla, al igual que Alberto Alonso, deportivamente nunca ganaron nada ni le ganaron a nadie, a los que no se les conoce trayectoria deportiva, misteriosamente aparecieron de un día recibiendo sus diplomas de 7mo y 6to de las manos de Rosana Bertone, por lo cual algún sector de la prensa llegó a calificar a los dos maestros como «punteros certificados».

Estos dos personajes, dueños y señores de una «federación» conformada por  dos sellos de goma y club de fútbol, siempre han pretendido tapar con algunos resultados deportivos -que no son de ellos sino de las pibas y pibes que practican judo-  los maltratos y la discriminación, como si una medalla pudiera justificar el dolor de un niño y meter la mugre bajo la alfombra.

Llegó el tiempo que el Estado en tiempos de reivindicación de derechos de las infancias, comience a poner el ojo en situaciones como los que han salido a la luz, el estado presente que proteja a los deportistas que se encuentran a merced de depredadores que  abusan de su autoridad, maltratando, discriminando y pisoteando los derechos de las niñas, niños y adolescentes deportistas a los cuales nadie defiende.

 

Comentario de Facebook