Tras diez meses en Alemania, Valentina Ulloa regresó a Río Grande con una valiosa experiencia

SÁBADO, 21 de junio 2025.- Los intercambios culturales permiten vivir experiencias que enriquecen profundamente a quienes se animan a transitarlos. Ese fue el caso de Valentina Ulloa, joven estudiante de 17 años del Colegio Don Bosco de Río Grande, quien regresó a su ciudad tras pasar diez meses en Alemania. Fue recibida con emoción por familiares y amigos, luego de una vivencia que, según relató, fue tan desafiante como transformadora.

“Fue una experiencia muy rica, de un montón de cosas. No fue fácil estar lejos de casa, de mi familia, de mis amigos, pero gané un montón de cosas”, relató Valentina al volver a pisar suelo fueguino. Su viaje formó parte de un programa de intercambio escolar al que se postuló un año antes. Luego de pasar por un proceso de selección, le tocó Alemania como destino, aunque no estaba entre sus opciones iniciales.

Valentina, quien viajó en agosto de 2024 y, en sus propias palabras expresó,“Es una oportunidad que te abre la mente y en la que se aprende mucho. También sirve para valorar tus propias raíces y lo que tienes en tu propio país. Gracias a los intercambios podemos ver que el mundo está conectado, y tiene que estarlo para poder conocer otras culturas y no tener prejuicios. Además, es una experiencia que te cambia como persona y te independiza”.

El mayor desafío fue el idioma: “No hablaba alemán cuando llegué. Hoy puedo hablarlo fluido, además del inglés que ya tenía”. A lo largo de su estadía, no solo vivió con una familia local, sino que también construyó vínculos con personas de distintas partes del mundo. “Dejé muchos amigos, tengo una familia allá ahora, así que obviamente voy a volver”, afirmó emocionada.

Tras su regreso, Valentina solo pensaba en reencontrarse con su familia, mascotas y retomar el colegio, al que vuelve este lunes. También se mostró agradecida por el cálido recibimiento de sus amigos: “Estoy muy contenta, no lo esperaba”.

El paso por Alemania no solo le abrió puertas idiomáticas y culturales, sino que también dejó una marca imborrable en su crecimiento personal: “Fue difícil, pero ya era tiempo de volver”, destacó la jóven.

Cabe destacar que este programa, impulsado por Rotary Club Río Grande, promueve el entendimiento y la amistad entre diferentes culturas, dejando huellas profundas tanto en los anfitriones como en los participantes.

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